Vivo en Barcelona y estuve pasando la Navidad con mi perrito Rudolf en Málaga. Tenía ya 14 años, estando fuera se puso muy malito y por desgracia necesitó la eutanasia allí. Tengo mi veterinario de confianza en Barcelona, por lo que para mí era bastante difícil la decisión de hacerlo con otro veterinario que no había tenido nunca contacto con él. Sin embargo, el comportamiento de Álvaro y lo que nos trasmitía era de como si lo conociera de toda la vida. Estoy muy agradecida por su servicio y por toda su dulzura y empatía mostrada durante todo el proceso. Mil gracias Alvaro por ayudarlo y ayudarnos en todo momento. ❤️✨✨