Yo solo tengo palabras de agradecimiento. A mi cocker lo adopté cuando tenía casi tres años, en casa, después de un año, nos gruñía y no dejaba que nos acercáramos. Verónica me enseño como ganarme su confianza y cariño, sin que me haya costado ningún esfuerzo. Ahora mi perro es feliz y yo ni os cuento. Con sus consejos también he conseguido que el paseo se convierta en algo muy agradable. Si tenéis algún problema no lo dudéis, además de que es un encanto, seguro que encuentra la solución.