Sábado por la mañana, entro a la Clinica y hay un fuerte olor a incienso. Con buena fé, le comento a la recepcionista que al entrar se nota el ambiente muy cargado en un sitio tan pequeño. Me contesta de muy malos modos que a ella le gusta y es ella la que tiene que estar allí. Me callo, pago, me voy. Sobran las palabras…
El incienso desprende benceno, una sustancia cancerígena que una Clinica veterinaria no se puede permitir.
Y… en estos tiempos de pandemia la ventilación es importante….
Por otro lado decir que la atención de los veterinarios y su profesionalidad es excelente.