Las veces que hemos tenido que ir al veterinario, no hemos tenido queja ninguna. Mi gata Lola es paciente desde hace 3 años y le tuvieron que quitar un ojito. Salió todo bien. El trato magnífico y la atención de los veterinarios que nos han tocado genial. Te lo explican todo super bien y se nota el cariño con el que tratan a los animales