María es maravillosa. Vivo en Bilbao y lo cuadro todo para que sea ella quien vacune a mi perrito cada año. Killo tiene pánico a los veterinarios y con ella se encuentra más tranquilo que con ninguno de los profesionales(desgraciadamente varios) que hemos visitado. Es dulce y tranquila y adora a los animales. Se le nota su amor por su trabajo. Una suerte para nosotros haberla encontrado.