Este mes de agosto dejamos a nuestro perro en la residencia canina.
Llevaba un arnés Easy Walk, recién estrenado.
Cuando fuimos a recogerlo, el arnes estaba cortado. La justificación que nos dieron es que se lo habrían roto los otros perros de la residencia( lo que nos hace dudar de la seguridad de nuestra mascota en este lugar). Por otro lado, si lo hubieran roto los animales, el corte no seria limpio, sino que estaria rasgado y deshilachado.
Nos trasladan el problema diciendo que nos lo puede arreglar un zapatero o que compremos otro.
Cuando solicitamos que ellos tienen que hacerse cargo, obtenemos una respuesta negativa.
Pedimos una hoja de reclamaciones y nos dan un folio en blanco
Finalmente acceden a pagar el arnes y la dueña nos despide diciendo textualmente:» Tengan unas buenas vacaciones y no vuelvan nunca más por aquí» acompañando aspamientos con el brazo para que salgamos del local.