Anteriormente había una veterinaria muy maja. Dicho esto, el lunes 19 de abril pedí cita para llevar a mi gatita que se puso enferma, cuando llegué había un chico en el mostrador, le dije que tenía hora con la veterinaria y de forma contundente y desairada me dice que el veterinario es el. Entramos dentro de la consulta; no sé cómo describir la sensación pero solo sentí frialdad tanto por el entorno como por la persona que nos atendió. Mi gatita se había envenenado y su vida se me escurría entre mis manos. Este «veterinario» me dice que si no me va de 300€ la lleve a un hospital concertado por ellos, que esto es un como el cap. Y que no puede hacer nada, ni siquiera dar una orientación de que podía tener? Eso sí, cobrarte por darle dos meneos al pobre animal si, eso lo supo hacer bien. Le preguntó si en el pueblo hay otra Clinica y con todo su papo me dice que no… A 150 metros. Que no pudiera hacer nada lo entiendo, lo que no entiendo es la falta de empatía, la frialdad y el no darse cuenta que para quien tenemos mascotas son parte de nuestra familia. Y si vale 300 como si vale 500.
No señor, no me va de 300, No le puedo poner precio a su ausencia.