Mi conejo Islero enfermó en vacaciones. No quería comer. Dos visitas y buenos consejos y el bichillo ha vuelto a ser el de siempre. Buena gente, buen trato y profesionales. Del precio no puedo opinar porque no sé cómo van por la zona, pero estoy seguro de que me costó menos que si lo hubieran atendido en Donosti. Gracias por todo y un saludo.