Empezamos a llevar a nuestras chinchillas a la Clinica cuando estaban Margarita y Hans, y nos llevamos una sorpresa al llamar un día y escuchar que ahora la Clinica se la habían traspasado a Saúl, que para nosotros era un desconocido, pero que ya trabajaba con Margarita y Hans.
Decidimos probar, y estamos contentos con él, ha tratado a los roedores que le hemos llevado de forma respetuosa y creemos que todo lo que nos dice y hace es pensando en lo mejor para nuestros animales.
Cuando hay algo que cree que no va a tener utilidad real, nos lo dice tal cual.
No es agradable tener imprevistos veterinarios, pero si los tenemos sabemos que podemos confiar en Saúl.