Llegaron al barrio y enseguida se convirtieron en nuestro veterinario de confianza.
Tienen un trato excelente tanto con nuestros peludos como con sus dueños. Ellos se sienten agusto y yo tranquila de ponerlos en sus manos.
Profesionalidad, cercanía, claridad, transparencia, amabilidad, diligencia, comprensión, empatía… Podría seguir enumerando virtudes y quedarme corta.