Pésimos. Quise ponerme al día con las vacunas y no me recomendadron ninguna. Después de un mes mi perro se enfermó de un virus (yo sabía que tenía algo por haber estado tomando agua sucia) pero insistieron que había que hacerle una radiografía para excluir que hubiese comido un cuerpo extraño porque ese «es el protocolo» aún que yo le repetiera que eso era de descartarse porque el perro no solía comer nada de la calle. Como no quise hacerle la radiografía me mandaron a la casa a ver que tal iba la noche, sin ofrecerme la opción de hacerle analítica sola. Al día siguiente el perro estaba fatal que no podía ni andar, entonces lo volví a llevar y tuve que hacerle radiografía ($$ – donde por supuesto no se encontró ningún cuerpo extraño) y analítica (donde se vió que el perro tenía un virus por lo cual no estaba vacunado aún que me había llegado el mes antes a preguntar justo por eso). 300€ de tratamiento después mi perro murió. Me aseguraron que el pavorvirus es muy muy raro que afecte a los perros adultos, pero resulta que es una enfermedad bastante común. Poca profesionalidad, la veterinaria que insistió tanto por hacerle la radiografía a los días siguientes no quiso ni mirarme a la cara y siempre me atendieron los otros. El único que atendió con profesionalidad fue el enfermero.