Acudí en busca de un pienso en concreto y el vendedor me fascinó con su control y conocimiento sobre los detalles de cada producto. Me dejé llevar por su recomendación y traje a casa una opción diferente. Consciente del pequeño «riesgo» que esto suponía para la dieta del animal, me dejó dos pequeñas bolsas con pienso de prueba y el compromiso de que si al perro no le sentaba bien podría devolver la bolsa grande sin problemas. Estoy encantada con la experiencia y muy satisfecha con el dominio en la materia del vendedor, que además transmite al cliente una verdadera pasión por este trabajo.