Mi veterinario estaba en Agosto de vacaciones y me recomendó que fuera allí. Eran los momentos más cruciales en la vida de Yavi, cumplía 15 años y dejó de comer y beber. En el primer análisis de sangre se diagnosticó lo que ocurría. Respetó nuestra voluntad, lo trataron con mucho cariño y allí estuvimos con ellos y Yavi hasta el último momento. Entre todos y cada uno en su papel nos trataron a Yavi y a nosotros de la mejor manera posible en estas circunstancias. Les estoy enormemente agradecida.