Tras una odisea por varios veterinarios, llegué a Terra por una recomendación. Estaba perdida y desesperada porque mi gato anciano dejó de comer y de beber. Por su historial sabía que el problema lo tenía en los dientes, que le causaban mucho dolor. Otros veterinarios se limitaron a decirme que era mayor (deshauciándolo), a emitir diagnósticos erróneos (artrosis, disfunción cognitiva, picadura de bicho cuando era un flemón…), sin tan siquiera hacerle pruebas o a suministrarle medicamentos perjudiciales para su insuficiencia renal para parchear el problema. En Terra le hicieron las pruebas pertinentes para asegurarse de que el dolor provenía de una boca muy deteriorada que otros veterinarios no se atrevieron a tratar y le operaron, extrayéndole las piezas que le impedían alimentarse y sobrevivir. Ahora se está recuperando y va muy bien, después de la operación lo pasó mal y no quería comer. Nuria se pasó la tarde con él dándole la medicación y comida con jeringa. Al día siguiente empezó a mejorar y hoy lo tengo conmigo, recuperándose y sin el dolor infernal que le causaban los dientes. No tengo palabras para agradecer a Nuria, Ana y todo su equipo lo que han hecho por Aki, por asumir el reto que suponía el tratamiento, por su dedicación con mi pequeño, por no darlo por perdido debido a su edad y por darle la calidad de vida que se merece y una oportunidad que cuando llegó a sus manos no tenía. A mi Aki lo han salvado y eso no tiene precio para mí, por lo que no voy a confiar la salud de mis pequeños a nadie más. Espero que mi experiencia sirva a otros que se encuentren perdidos como yo lo estaba a la hora de elegir el mejor veterinario. Para mí, que he visitado muchos, las mejores están en la Clinica Terra.