Marian es una excelente veterinaria, con muchos años de experiencia a sus espaldas, todavía recuerdo cómo diagnosticó a uno de mis perros, mientras estaba ella de vacaciones y por una foto que le envié. Lo mejor de todo es que dio en el clavo y únicamente con los 10€ que me costó el spray que me dijo, Pinyol se recuperó.
Jenny es una gran profesional, se preocupa un montón por los animales y los lleva siempre con mucho cariño y, sobre todo, con paciencia.
La Clinica cuenta, además, con un servicio de Ludoteca canina que es un lugar ideal para que los perrunos socialicen con otros.
Por último, dejaré esta foto que creo que habla muy bien de cómo tratan a los animales: mi perruna no soporta cuando pasa por delante y la Clinica está cerrada.