Hoy fuimos con nuestro mini pinscher, Carbon, por primera vez para ponerle una de las vacunas y la impresión que nos llevamos fue muy buena.
Tanto la chica de recepción como la veterinaria son muy amables y al perrito se le trata con mucho cuidado y cariño. Además nos dieron consejos muy útiles sobre la salud, el comportamiento y la educación del pequeño, es decir que recibimos bastante más que la vacuna.
Con un servicio de urgencias ya no se podría pedir más, pero esperemos que nunca haga falta.