El trato de los veterinarios fue bastante bueno. Pero el hecho de que la hija de uno de los empleados estuviera alterando a los animales, abriendo y cerrando puertas, molestando a la veterinaria mientras intentaba poner una inyección, con el riesgo que eso supone, deja en duda su profesionalidad. Si la pequeña no esta educada, déjenla en casa.