Para exóticos no lo recomiendo. Cambiaron de veterinaria este año. Le llevamos a nuestro conejo porque apenas masticaba, se bababa y hacia ruidos de dolor. La veterinaria le hizo pruebas de todo tipo y no supo acertar con ningún diagnóstico. Nos llegó a decir que podía tener problemas en el riñón, una enfermedad extraña o incluso algo en la sangre. Cuando se le encendió la bombilla le hizo una Radiografía en la boca y su conclusión es que aquella masa oscura que se apreciaba en la imagen era pus debido a una infección en los molares. No hizo por tomar muestras, nada. Nos mandaba antibióticos y mientras tanto el conejo pasó en dos semanas de pesar 1.40 a 0,9 kilos, sufriendo.
Nosotros mientras tanto dando sus medicinas, comida vía oral, atención cariño etc pensando que aquella infección remitiría. Pero el bicho no paraba de quejarse y bajar de peso.
Uno de tantos días lo llevamos a revisión y me llama al rato: que había mirado mejor la zona de la infección y era un tumor enorme, que había que sacrificarlo.