Un día te aseguran por teléfono que los test realizados al gato recién adoptado (y que llevó a la Clinica una asociación rescatista antes de darlo en adopción) están perfectos y, pocos días después que te interesas por pasar a recoger esos test, te comentan que el animal podría, en verdad, ser positivo a una enfermedad vírica. Se comprometen a mandarte un correo electrónico con los resultados y todavía no he recibido nada (ha transcurrido ya una semana entera). Una de dos, o he tenido mala suerte con una primera experiencia nefasta o algo falla y se me escapa. La experiencia personal, sin cuestionar ninguna otra, me impide valorar positivamente este sitio y su servicio.