Atención de 10. La dolencia de mi perro tenía mala pinta y Ana fue muy sincera desde el primer momento. Cuando llegó la hora de dormirlo, pude estar con mi perro hasta su último aliento, mientras Ana y su compañera seguían con su trabajo a mi alrededor pero en el más absoluto silencio, respetando mi despedida y el duelo hacia mi perro. Es un pequeño detalle al que le di mucha importancia y significó mucho para mí en un momento tan delicado.