Llevé a mi gato TURRÓN porque llevaba un par de días sin orinar y apático; la mujer que lo atendió le diagnosticó una infección de vejiga (a través de radiografía con sedación) y le hizo un vaciado de vejiga a través de una eco, además le inyectó un antibiótico y al día siguiente volvió a darme cita para ponerle un analgésico; el tratamiento, junto con la consulta, fueron 190€.
El mismo día del vaciado de vejiga, al llegar a casa, TURRÓN dejó de beber y de comer y no se movió en toda la tarde; cada vez que lo cogía en brazos se quejaba y quería bajarse para tumbarse quieto durante horas.
Cuando fui a inyectarle el analgésico, hoy día 18/11/22, con la misma “doctora”, le comenté esto y me dijo que era algo normal ya que el antibiótico no haría efecto hasta pasadas 48h y que el analgésico, que sería lo que le calmaría el dolor, sta a recién inyectado. Me recomendó darle miel si seguía sin comer.
Esta tarde TURRÓN se ha desmayado en casa y mi pareja y yo hemos llamado a la Clinica porque no entendíamos qué estaba pasando; tranquilamente, la mujer de la recepción nos ha dicho que no podía decirnos qué ocurría y que si podíamos, fuésemos. Hemos tardado literalmente 5 minutos en llegar, me han tenido otros 5 minutos en la recepción, de pie, con TURRÓN desmayado porque el único veterinario que había en la consulta estaba ocupado poniendo una inyección a un perro. Cuando por fin ha salido a atenderme, he tenido que explicarle el tratamiento que había estado siguiendo (1 día!) y qué había pasado, y con toda la parsimonia del mundo ha intentado reanimarlo primero en consulta, y después en el quirófano. A los 2 minutos de llevarlo a quirófano nos ha dicho que había fallecido de un paro cardíaco; TURRÓN tenía un año y nunca había tenido ningún problema más allá del diagnóstico que nos dieron en ésta Clinica (infección de vejiga), nunca se le había inyectado ninguna medicación y tampoco se le había sedado; esto mismo le he explicado al veterinario que nos ha atendido hoy, y me ha dicho que “son cosas que pasan”.
Le he pedido los datos de su compañera, la que nos atendió para el antibiótico y el analgésico, y el nombre de ambos medicamentos, que no se nos dijeron en el momento, y no ha querido decirme ningún dato.
Mi gato TURRÓN ha muerto bien por un mal diagnóstico o bien porque algo de lo que le han inyectado le ha causado alguna reacción; sea como sea, tomaremos medidas legales contra la Clinica por negligencia y FALTA de información, y en concreto contra la “doctora” que nos atendió durante los dos días de tratamiento.
Si estáis pensando en llevar allí a vuestras mascotas, sabed que no tienen ni un mínimo de empatía, ni corazón, y que en el momento en el que pasa algo malo se hacen totalmente irresponsables.
DEP TURRÓN.