Buenas tardes, quería compartir mi experiencia con el veterinario que atendió a mi vecina cuando llevamos a su perro porque tenía un palo en la garganta que le impedía respirar. En vez de atender al animal, se puso a hablar por teléfono y al terminar, se puso a limpiar. Le llamé la atención con educación para que atendiese la urgencia (el perro se estaba ahogando). Parece que le sentó mal porque se puso con una actitud agresiva y me echó del local diciendo que tenía derecho de admisión. Me pareció indignante su actitud hacia mí. Cuando yo le hablé con educación y respeto. Desde luego no pondría a ninguna mascota mía en sus manos. Era un caballero de pelo blanco y largo. Una pena dar con gente así, que mancha una labor tan bonita y vocacional como es la veterinaria.