Llevé a mi conejo porque dejó de comer y estaba muy raro en su comportamiento. El chico por teléfono y también luego en la recepción muy formal, atento y amable. La veterinaria que me atendió, Yolanda, también super amable, explicando todo muy bien. Me gustó mucho que a la hora de considerar el tratamiento, me explicó muy bien, cuales son los posibles, cual ella recomendaría sin imponer, respetando al cliente y su situación personal. Es una actitud que poca veces he visto en otras Clinicas y me gustó mucho. En algunas Clinicas he visto poner tratamientos a «casos perdidos» (que llegaron ser inútil o incluso dañino pero costosos) que algunas veces se podría sospechar de que la Clinica le interesa más cobrar algún servicio o tratamiento «extra» que el animal. Pues aquí no, me encantó por la delicadeza aplicada por Yolanda. Muchas gracias.