Nos mudamos hace poco al barrio y adoptamos 3 perritos. Decidí ir a esta Clinica por cercanía y me sorprendió lo equipada y especializada que estaba. Belén se volcó con el caso de Lily, una galga a la que tuvo que amputar una pata porque la protectora en la que la adopté no hizo un buen trabajo. Estudió todas las opciones, consultó con varios traumatólogos, me llamaba incluso fines de semana, le hacía curas y revisiones sin mirar el reloj ni cobrarme nada (para los que dicen que es carera) y siempre con mucha sensibilidad pero siendo honesta, cosa que agradezco. Hoy Lily está completamente recuperada, corre y juega como cualquier cachorro y es plenamente feliz, seguro que si supiera lo que habéis hecho por ella os tendría más cariño. También han tratado fenomenal a mi abuelilla Laica, tanto ella como su compañera Toñi, que es un amor de persona y súper cercana.
Seguiré recomendando y llevando a mis perritos a esta Clinica. Gracias por todo!
