Dos mascotas he perdido después de que las vieran en Durcan, una pastora alemana a la que no supieron diagnosticarle leishmania, y una gata con edema pulmonar a la que no le drenaron los pulmones, acaba de morir agonizando en mis brazos tras un día de sufrimiento que se podría haber evitado con sedación, no habrá una tercera.