Por desgracia, mi experiencia en este veterinario ha sido por una defunción. Sin embargo, demostraron no solo ser unas personas muy profesionales, sino empáticas. Mi gata estaba en medio de un tratamiento para superar una pancreatitis cuando falleció la mañana del sábado. Mi veterinario habitual no abría los fines de semana, y el resto iban a cerrar en media hora. Lo peor es que yo vivo a 20 minutos de la ciudad. Estaba desesperado, no quería que el cuerpo de mi gata tuviera que esperar a la siguiente semana o tener que enterrarla en cualquier otra parte. Ya era suficientemente doloroso lo que había pasado. Estuve llamando a varios veterinarios y todos me dijeron que me esperaban hasta y veinte o y quince antes de cerrar a pesar de que su horario era a las 13.30. Pues bien, esta Clinica esperó. Y cuando llegué se aseguraron de que no se podía hacer nada y me preguntaron que había pasado y se preocuparon de que me sintiera cómodo dadas las circunstancias. La verdad, se lo agradezco mucho, porque estaba muy nervioso y abatido. Me hubiera gustado preguntar si podía saberse los motivos finales de su muerte, pero en ese momento no estaba para pensar y era tarde. Igualmente solo puedo decir que fue un alivio encontrar gente así de amable. Muchísimas gracias, y lamento las molestias.
Ya conozco otra Clinica de confianza a la que acudir.