Mala experiencia.
Fuimos un martes. La veterinaria apenas se paró a mirar al perro, mala comunicación (no me miraba a los ojos). Las salas de consulta se comunican entre sí por una mampara, por lo que estás escuchando voces y chillidos constantemente, dificultando que entiendas lo que te dice el veterinario y que te oiga lo que le dices.
Muchas prisas por atendernos lo más rápido posible, quitarnos de en medio y pasar al siguiente.
Mi perro venía lleno de garrapatas, le dio la antiparasitaria, nos recetó una pomada y a la calle. Me quedé con mil dudas de cómo tratar al cachorro.