Sólo puedo comentar por quién me atendió, ya que el resto son personas tratables y educadas. El chico de gafitas es un borde a más no poder, no sé cómo será con los animales, pero con las personas deja mucho que desear, te atiende bruscamente y no duda en ponerse a rajar del cliente con otros clientes desde que este sale por la puerta. Queda muy feo eso.