Paula consiguió devolverle su agilidad gatuna a Hellek, nuestra gatita de 6 años, que de repente se había vuelto vaga. Dejó de perseguir lagartijas y conejos, saltar y subirse a los árboles. En una revisión rutinaria nuestra veterinaria le detectó un problema de lumbares y poco se podía hacer. Alguien me habló de una veterinaria fisioterapeuta gatuna que a sus gatas las trató muy bien. Decidimos probar, eso si con un poco de incredulidad.
Pues bien, ya después de la primera sesión, que Hellek soportó gruñiendo un poco, la mejoría fue notoria. Recuperó agilidad y ganas de pegar saltos.
Ahora después de medio año parece otra: su última hazaña fue perseguir a un gato intruso, acorralarlo en lo alto de un algarrobo y después saltar detrás de él de unos …4-5 metros de alto.
Es cierto que si los humanos mejoramos cuando nos recolocan los huesos, nuestros bichitos logicamente también y a la larga creo que sale menos doloroso (en sentido literal y también para nuestros bolsillos) que las operaciones.
Lo recomiendo totalmente, además se nota que son personas que quieren a sus pacientes cuadrúpedos