Tengo una gata con problemas de agresividad. Llevarla al veterinario era (sí, en pasado desde que he conocido a Mercedes) deporte de alto riesgo. Antonio me indicó unas pastillas para relajarse y ¡Aún estoy flipando! La gata no sólo ha ido tranquila, sino que estando con Mercedes estaba en la gloria. Se nota no sólo que sabe y busca y busca las causas de las cosas hasta que da con ellas, sino el amor infinito que siente por los peludos. La forma de tratarla, de cogerla, el cariño con el que habla a los peludos, cómo les mira… Yo, de verdad, no tengo palabras para agradecerle a Antonio toda su implicación con mi pequeña. Precio muy bueno y el mejor veterinario que he conocido (y eso que llevamos unos cuantos). De verdad, una maravilla. No me importa hacerme casi una hora de camino para ir. ¡Por cierto! Se aparca muy bien en la zona. Precio justo y calidad. Nosotras nos quedamos con Mercedes 🙂