Una triste historia la de esta Clinica; de ser una Clinica con un personal involucrado en el bienestar de nuestros animales, a una empresa donde la facturación ha pasado a ser el leitmotiv de su existencia. Y sinceramente nada hay de malo en querer facturar mas, pero esa ambición se debería acompañar por una mejora en la calidad de los servicios, y aquí desgraciadamente es al revés. A consecuencia, imagino, de la expansión empresarial llevada hace unos anos y del coste que debió suponer, la maquinaria de esta empresa esta mas al servicio de la amortización monetaria que de ofrecer el mejor servicio posible a nuestras mascotas. Un caso claro de la ambición imponiéndose sobre la vocación.