Muy poca empatía con nuestros familiares de 4 patas. No recomendable para nada, sobre todo la que está frente al Aldi. La dependienta (no veterinaria) es de las personas con menos tacto para estar cara al público que jamás me encontré. Mal educada, insensible… Y atiende el servicio puramente desde el marco comercial, sin la mínima comprensión por los sentimientos de las clientes que sufren por sus seres queridos. Y si le dices a algo al respecto, te habla mal y te chilla. Lamentable y poco profesional. Sin embargo debo decir que Mario, uno de los vets que trabaja allí, es estupendo.