La peluquería una experiencia pésima.
Según llegué me dijo que el perro le iba a morder… un bichón súper cariñoso que no ha mordido en su escasa vida… Le digo que es miedoso. Le pido que no le corte mucho. Vuelvo a por él. Completamente rapado y me dice que si le pegamos mucho. No le contesté una grosería, porque iba acompañada de mi hijo de 7 años, que me miraba perplejo.
Si no sabe tratar con perros que no se dedique a eso. Le ha hecho un desastre sin precedentes. No reconocemos al pobre perro, que no hace más que lamerse la piel, porque no le ha quedado un triste pelo. Claramente, nunca más.