Gracias al Dr. Íñigo sigue con nosotros Michelle. Desde el momento cero que la atendió no dudó de su diagnóstico. Posteriormente, la perrita empeoró y, no dudó en ningún momento atenderla de urgencia y hacer noche con ella. No la dejó en ningún momento. Puntualizar que, el amor que reciben sus peludos pacientes es infinito al igual que su excelente profesionalidad y su vocación veterinaria. Entender lo que sufre un animal con sólo mirarlo no es tarea fácil; se necesita de mucho amor, compasión y entrega. Eres un ser humano excepcional y un maravilloso veterinario. Es un honor conocer a un profesional como tú. Gracias de nuevo por salvar la vida de nuestra Michelle.