No puedo dar más que las gracias por el interés, la humanidad y el estudio concienzudo de las múltiples teclas de mi gato, un Scottish fold del que poco se conoce. Apenas podía caminar sin cojear, ni por supuesto saltar, además de una intolerancia alimentaria que, con paciencia de santo, la veterinaria logró encontrar. Hoy O´Maley es un gatito andarín, saltador (aunque no de Olimpiada) y sus deposiciones son normales. Gracias a Ana y Jose, que sois como familia para los dueños de mascotas de la zona.