DECEPCIÓN en mayúsculas
Nunca olvidaré unas palabras del propio Salvador, director médico de Clinica felina “un mal veterinario es aquel que yendo algo mal no cambia algo e yendo bien cambia algo”.
Durante 6 años he confiado plenamente en la Clinica y en su vete desde entonces Salvador, siempre cercano, cariñoso, dándote el tiempo necesario en la visita y buen comunicador, respondiendo siempre a los correos y porque al fin y al cabo mi gata siempre ha ido a mejor en los parámetros que se valoraban específicamente, el renal, ninguno más.
Resumiré que durante 6 años pensé que mi gata tenia una enfermedad renal especifica; PKD con hipokalemia y vómitos frecuentes y persistentes hasta el día de hoy, con tratamiento y suplementación oral diaria de 2 pastillas con incremento de las dosis progresivamente desde entonces, todo atribuible al tema renal. El tema renal siempre fue a mejor y estabilizada (cambié la alimentación) pero la hipokalemia y vómitos mantenidos (para el vete era regurgitar y normal a pesar de mi insistencia y en su historia Clinica bien lo refleja).
2022 visito otra veterinaria por temas nutricionales de dieta Barf y aproveché para revisión, ya que le duermen para cualquier cosa, la visita desencadenó en un cambio del diagnóstico de sus patologías; una confirmación de IRC no PKD y una IBD entre severa y moderada. Entre mi asombro y angustiada por tales noticias, consultó a más veterinarios en estos meses con la consiguiente confusión.
A pesar de lo dicho, me pongo en contacto con Salvador con toda esta información, exponiéndole todo con mi mayor sinceridad y con su gastritis crónica/IBD en plena crisis (vomitando ya todo diariamente) y en mi mayor angustia, con perfecta locuacidad, educadamente me invita ya a buscar otras Clinicas, no sin antes dejándome en la duda que el nuevo diagnóstico sea el correcto y no esté en algo peor ya (linfoma) y que la alimentación natural que tanto le ha ayudado al tema renal y que en muchas ocasiones me alabo, ahora casi razón de su IBD que desconocía hasta hace unos meses y no por su Clinica.
Cierto es que nunca se podrá confirmar si su IBD/linfoma pudo diagnosticarse antes (hace 1 año, 3, 5, o desde que entré por la puerta, pues ya vomitaba excesivamente, pero cada año la he llevado sin falta y dispuesta a todas las pruebas necesarias), pero la realidad es que siempre tuvo sintomatología compatible con problema gastrointestinal, que la suplementación no mejoraba en exceso sus valores y de hecho aumentaba dosis en los años, que nunca se hicieron estudios adicionales a su revisión renal y sobre las ecos, se me mostró la del 2016 con la sospecha de quistes/pkd y la del 2021, la cual casualmente se detectó una inflamación en el linfonodo que se descartó que fuera algo hasta próxima revisión, las demás ecos, si hubo solo ellos saben, aunque las solicitaba cada vez que iba sin éxito y resolicité… pero que encima te diga que con él la gata estaba perfecta y controlada y las cosas surgen así…y ahora por desconfiada yo y ella con su mal evidente te busques la vida…
No sé describir el sentir de desamparo que me dejo con su último correo. No sé si esto ha reflejado su profesionalidad o el trasfondo de su persona.
Lamentaré toda la vida haber confiado tanto tiempo.