Mi relación con Arturo Calzada y su equipo se remonta al año 2011. Nos Unió la llegada a nuestra casa de un cachorro de bóxer, «Aldo». Cualquier veterinario que sea profesional puede cuidar de tu mascota, no lo dudo. Arturo demostró estar muy por encima de lo que se espera de un veterinario cuando tuvimos que despedir a Aldo. Los tres juntos en ese difícil trance. No nos dejó solos ni un segundo. Aldo se fue en paz y rodeado de dos personas que le amaron y respetaron hasta el final.