Tenemos cuatro perretes, tres de ellos adoptados y con sus manías, enfermedades algunos ya mayores y otros dos demasiado jóvenes. Desde diciembre vamos a la doctora, que así la llamamos pues no sólo nos trata a nuestros peques con todo el cariño, la dedicación, y la comprensión que por ser revoltosos nos da en cada visita una alegría, pues los temblores y miedos al verla asombrosamente desaparecen. Resaltamos su profesionalidad, la prontitud al diagnosticar y la firmeza con la que seguimos sus consejos. Hemos tenido una gran suerte de encontrar a tan maravillosa doctora, sinceramente estamos muy contentos.