Sin dudas, el veterinario es un chico bastante atento, muy profesional, simpático y servicial.
A diferencia de otros veterinarios que he asistido, se preocupa por el animalito como si fuera suyo y muestra mucho interés en saber el avance del bienestar de la mascota, él no te va a decir «si no mejora lo traes para verla de nuevo» (como si el animal fuera un producto) y se acabó la cita, sino que te dirá «me gustaría que me llamaras en unos días para que me comentes como va la cosa, y si sigue igual, volverla a mirar» (o similar).
A todo esto, como primeriza que soy con un gato de raza sphynx, he cometido ciertos errores en la alimentación de ella que ha hecho alterar su estado de salud y al comentárselo al veterinario, él el ningún momento juzgó o hizo comentarios de mal gusto, al contrario, te recomienda y te aconseja.