Quizás ya no trabaje en el centro veterinario el mismo personal, pero en 2019 mis padres llevaron a su perro por un problema en la pata trasera. Les aseguraron que debían hacerle una operación por un ligamento cortado, se la hicieron, y la sorpresa fue cuando fueron a buscar al perro y le habían operado ¡la pata equivocada! Una completa negligencia. A pesar de la gravedad de la situación volvimos a confiar en ellos para que le operasen la pata correcta, pero nunca se notó mejoría, todo lo contrario.
Aun pidiendo explicaciones, ni siquiera le volvieron a hacer una radiografía para saber el motivo de la cojera. Pensamos que podría estar relacionada con la edad del perro, y lo dejamos pasar.
Pero finalmente otro veterinario ha encontrado la causa real: el ligamento artificial que pusieron para susituir el lesionado nunca estuvo anclado al hueso. Es decir, una autentica chapuza.
Jamás lo recomendaría a alguien que quiera a sus mascotas.