Nunca he publicado reseñas, ni buenas ni malas, pero lo de esta tarde ha sido para publicarlo.
Hemos pasado a comprar la pastilla antiparasitaria y, como sabéis, a la entrada hay dos dispensadores de gel hidroalcohólico los cuales nos agradecen usar; he utilizado uno de ellos y el chorro ha salido en forma de aspersor con tan mala suerte que uno de los chorros ha ido a parar a la nunca suficientemente valorada María. Me he disculpado, sin tener culpa, y no veas cómo se ha puesto la mujer. Me ha espetado que estamos obsesionados con el gel y que se nos van a despellejar las manos de una forma poco agradable para atención al cliente. El matrimonio que estaba en la sala con su gato no daba crédito. María, no son formas, no sirves para estar atendiendo al público y menos atendiendo una consulta; el resto de personal chapó. Ah y si te molesta tanto que se utilicen los dispensadores quítalos. Saludos.