He tratado de pedir cita antes de ir, pero como no cogían el teléfono no me ha quedado más remedio que ir, pues era una urgencia. La mujer de la recepción no puede ser más antipática. Al llegar me pregunta que si tengo cita. Le contesto que no, porque mo cogían el teléfono y me dice que voy a tener que «esperar mucho».
Evidentemente me he ido y he buscado otro veterinario. A este no vuelvo. Lo tengo claro.