No puedo decir nada mas que cosas buenas de ellos. Desde Raquel, la auxiliar veterinaria que esta en la puerta que es cercana y encantadora, Irene, con su desparpajo y su simpatía enamora a todos los que entran por la puerta, tanto personas como animales y como punto final, todos los veterinarios, Simone, Rocío, y el que más, Felipe, su profesionalidad es igualable a su empatía, siempre tiene buenas palabras para ti y buenos gestos con los animales. Además, si fuera poco, es un gran cirujano y veterinario clínico. Clinica 100% recomendable.