Acudí sin cita y sin ser cliente habitual al encontrarme por allí de vacaciones. Me atendieron enseguida y lo hicieron con un trato e interés exquisito que ha ido más allá de la propia consulta, pues posteriormente se han puesto en contacto conmigo para conocer la evolución. Durante la consulta, la cercanía y el cariño que nos ofrecieron tanto a mí como a mi perro Ron fue sencillamente de 10. Y todo ello a un precio que hasta me sorprendió para bien. En definitiva, salí encantado y pensando que si viviera allí, sin duda sería mi veterinario habitual y de confianza. Lo recomiendo a todos los gijoneses.