Acudimos a este centro veterinario por recomendación de un compañero de trabajo, nos quedaba en la otra punta de la ciudad pero un poco cansados de experiencias desagradables en otros centros accedimos y pedimos hora, Petjades es un centro veterinario de barrio, próximo al público y de dimensiones reducidas. La veterinaria, Cecilia, es un encanto y ves la pasión que tiene por los animales desde el minuto 0, en nuestro caso nos derivó a una Clinica por ser necesario el ingreso y cuando llegamos a esta ya disponían de un informe detallado del diagnóstico que nos hizo en su centro. Precio más que razonable y la sensación de haber acertado con la profesional. Desde luego Cooper ya tiene veterinaria para tiempo.