Atentos desde el 1er momento. Es difícil encontrar profesionales que traten a los gatos del modo que ellos necesitan. El veterinario estaba atendiendo a un perro en la sala de al lado, con un tono de voz fuerte y alegre, propio del trato con perritos. Al entrar en la sala dónde esperábamos mi gato y yo, bajó su tono de voz y se adaptó al trato gatuno. Me sorprendió apreciar la diferencia. Estamos muy contentos. Gracias!