Escribo esta reseña para comentar lo que me ha pasado la primera vez que entro en este centro veterinario para comprar una pipeta para el perro. A continuación le he preguntado por el horario y me ha dado una tarjeta para la mano y yo le he comentado que hacía un tiempo atrás que por varias ocasiones que pasaba por el veterinario y siempre estaba cerrado y que también había llamado a los dos números de teléfono que tenía en la puerta y nadie contesta al teléfono. La respuesta de la veterinaria es que eso no podía ser porque estaban siempre abiertos dentro del horario y que si no contesta al teléfono era porque estarían ocupados, también me han dicho que no me daría la razón y que no iba a discutir conmigo. Le he dicho que no quería que me diera la razón simplemente le quería era comentar el hecho de que en varias ocasiones que pasaba por Jardiland yo encontraba el centro veterinario cerrado. Yo realmente lo que quería desde el principio de la conversación era preguntarle precios de peluquería y otros temas relacionados pero la veterinaria no se ha interesado en escucharme y sólo pretendía defenderse cuando yo en ningún momento le estaba faltado al respeto y siempre hablando tranquilamente.
También le he dicho que ya no pretendía volver y era ella la estaba perdiendo un cliente. Después de esto me llevo la sorpresa cuando me me contesta con trato indiferente y despectivo.