Trato y empatía deficientes. Tenía hora para una limpieza dental para mi gata, me dicen que la anestesian en unos 30 minutos, le digo que me espero con ella porque se pone muy nerviosa, es una gata que ya ha sufrido bastante. Veo llegar a la otra veterinaria corriendo, con el uniforme puesto, estoy esperando en la puerta y me dice que qué quiero, le explico la situación, entra murmurando y les veo hablar entre ellas. Decido entrar para enterarme, le pregunto si sabe a lo que he venido, con 0 contacto visual me dice que sí, «bueno la pincho» veo como quita el capuchón de la jeringa con los dientes, llámame tiquismiquis. Espero que trate mejor a los animales que a la gente, pero no me voy a arriesgar.