Tuvimos que acudir en varias ocasiones por nuestro gato. La verdad es que nos dio la impresión de que desde el primer momento se preocuparon por su bienestar (antes incluso de hablar con nosotros se ocuparon de llevarlo a una zona donde pudiese respirar mejor).
Finalmente llegamos al punto de la eutanasia y hemos de agradecer a la veterinaria Rocío por su asesoramiento y soporte, ya que nos ayudó a tomar la decisión.
Además nos facilitó el proceso y cuando recogimos las cenizas nos habían tomado una huella del gato para recuerdo que no nos esperábamos.
Si es cierto que suelen estar desbordados, pero por lo pronto seguiremos acudiendo allí cuando lo necesitemos.