Llevé mi gata ya que me habían hecho un hueco, genial por ese lado, la cuestión es que no estaba comiendo y vomitaba, estaba apática pues cuando me tocaba, el veterinario ni salió de su despacho, es decir, la diagnosticó sin verla, la chica de recepción hacia de «recadera» a lo que él decía para informarme. Podría entenderlo si la Clinica estuviese llena, pero es que no había literalmente NADIE esperando. La chica de recepción muy profesional y amable, todo sea dicho. Pero mi total desaconsejo ir a esa Clinica. No vuelvo